Hoy en día es difícil pensar que los chicos buenos, los héroes de una novela de ficción sean hombres machistas, cínicos, heterosexuales y abusadores. En la literatura diversa, donde la comunidad LGBTIQ ha sido presentada en muchas ocasiones como una víctima o una figura oprimida por las instituciones, ver historias donde las lesbianas y los maricas son unos verdaderos hijos de puta se vuelve interesante y divertido. Sigue leyendo