Sidario

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¿Alguna vez ha bebido de la sangre de una mariposa? Hace algunos años en las profundidades de Chapultepec, una pequeña alevilla permanecía moribunda en un árbol talado. Al mirar su geometría descubrí un ligero hilo de sangre. Puse sus células negras en mi índice, lo probé con delicadeza, descubrí un sabor peculiar, sí, era el sabor dulce de las sombras. Ese sabor a semen.

¡No te contengas cuando eyacules! Le dije al tímido indito de ojos grises. Frente a mi sugerencia, su miedo a que su simiente superara su control y eyaculara a mares de incontrol. La lluvia se resentía en la ventana, nuestros cuerpos aspiraban la humedad de lo viejo, incluso el olor de la caca que despedía su ano no se comparaba ante el absoluto aroma del agua y la tierra, el tiempo se había detenido junto con el Nirvana.

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Dos pescados se besan en el mar de occidente, cada uno se transmite su sangre como un rito de resistencia corporal. Un pescado sobrevive al otro, fue más resistente a su veneno. Esta es la genealogía del signo cósmico Piscis. Los que intercambia el Sida, unos a otros como los peces que se besan, están construyendo un virus más resistente, un virus que no tenga puntos de error, una combinación adecuada para que ninguna sustancia contrarreste a esta semejante sangre negra. Porque quienes infectan y quienes se dejan infectar buscan una verdad en el virus, una forma de vida alterna, un ser perfecto que asimile las patologías del VIH y viva con él, que supere la fuerza de esta sustancia como las curanderas que se sometían a venenos para crear antídotos, de esta forma, los nuevos cuerpos serán la mariposa llena de esperanza.

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No temas a la radical verdad.

Nosotros como esclavos ya estamos por encima de eso.

Los giros de la ruleta están aplastándonos,

La suerte dejo de tener nombre.

Nuestras vidas chocan una y otra vez

Bajo una balanza inexistente.

Al final. Cuando los muros se interpongan

Y no quede nada más que la confrontación,

Nuestras almas van a debatirse como el cazador y la presa.

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¡No temas, muéstrame lo salvaje de tu eyaculación! Que tu orgasmo posea tu cuerpo entero, que tu luz recorra la mía con singular agresión, que nuestras debilidades se conviertan en una y que el Sida no vaya a nacer entre mariposas!